Cuando Henry Ford habló del carro a motor, hubo quien dijo que era una tecnología imposible, porque el ser humano no resistiría ir más rápido que un caballo, se desintegraría.
Cuando Alfred Nobel se dio cuenta de la potencialidad negativa de la dinamita, dejó gran parte de su fortuna para el beneficio de la humanidad.
Cuando Edison demostraba el uso del fonógrafo, el académico Jean Bouillaud agarró por el cuello al operador mientras profería que aquello era una farsa.
Cuando se desarrolló la energía atómica, muchos científicos y académicos se manifestaron en su contra por sus potencialidades negativas.
La tecnología siempre ha sido atacada. Lo nuevo da temor. Y nuestro conocimiento de la naturaleza egoísta del ser humano nos hace dudar de nuestras creaciones.
Pero el ansia de superación de la humanidad nos lleva a crear cada vez más desarrollos tecnológicos, en nuestro deseo de mejorar la calidad de vida. Es un crecimiento exponencial.
El uso de la tecnología ha traído grandes placeres y grandes sufrimientos a la humanidad.
Pero no es la tecnología la responsable, sino el uso que se le da.
El desarrollo de las comunicaciones permite aumentar la conciencia, o manipular a la población.
El desarrollo aeroespacial permite unir a la gente, o crear mortíferos misiles.
La energía atómica nos puede dar energía o muerte.
Los nuevos descubrimientos psicológicos y de la neurociencia, permiten llevarnos a una vida sana, o a la manipulación.
Igual sucede con la Inteligencia Artificial.
Por tanto, no es correcto decir que sea la Inteligencia Artificial el mayor peligro actual para la humanidad. El peligro sería, como con toda tecnología, en el uso que se le da.
El mayor peligro actual de la humanidad es el Neoliberalismo. Debido a él, como heredero del capitalismo, en el corto plazo, y del modernismo, en el largo, tenemos el sistema de guerra mundial, la crisis climática, las migraciones, la pobreza y tantos otros peligros sistémicos mundiales.
Bajo el Neoliberalismo, la Inteligencia Artificial, y toda tecnología que sea apropiada por las élites, será negativa para la humanidad.
Cambiemos el sistema de la modernidad por un Gobierno Mundial bajo la Constitución Mundial, y todos esos peligros serán superados.
La Inteligencia Artificial, bajo ese cambio de paradigma, será una bendición para la humanidad.
Pero se requiere el cambio de sistema. Es una ilusión pretender resolver nuestros problemas mundiales con tecnología, manteniendo el sistema inalterado. Es el error de los transhumanistas, de muchos postmodernistas. Pretenden traer la felicidad a la humanidad alargando los telómeros para hacer inmortal al ser humano; crear super cerebros y adosarlos al humano para hacernos más inteligentes; crear en la atmósfera pantallas que filtren los rayos solares para atenuar el cambio climático. Es lo que Ken Wilber llama visión de la mano derecha, apostar a los cambios tangibles, sin la integración holística de otros aspectos sociales (como la estructura del gobierno mundial, y el sistema financiero económico mundial) y los aspectos culturales. Buscan cambiar los efectos mediante tecnologías, sin cambiar las causas. Así, seríamos más inteligentes, viviríamos más, para seguir destruyendo la Naturaleza y agrediéndonos entre nosotros, de una forma más inteligente y por más tiempo.
La Constitución Mundial para la Federación de la Tierra es una respuesta holística. Un cambio de paradigma. Establece un Parlamento con decisiones vinculantes, democrático, federado, sin vetos. Delega aquéllos aspectos mundiales al Gobierno Mundial, manteniendo las naciones su autonomía en lo demás. Obliga a deponer las armas de destrucción masiva. Establece un sistema socioeconómico – financiero mundial que promueve la equidad, el pleno empleo, el control del mercado.
Este último punto es muy instructivo. Hoy en día, todo está globalizado. Las empresas transnacionales operan globalmente, pero se registran en determinado país, a veces en pequeños “paraísos fiscales”. Las naciones quedan impedidas de ejercer ningún control, y las instancias mundiales de “gobernanza”, como la ONU, carecen de gobernabilidad, pues no son más que un pacto de naciones soberanas que no están comprometidas a reconocer los acuerdos, porque no reconocen ningún poder por encima de ellas.
Un Gobierno Mundial, bajo la Constitución Mundial para la Federación de la Tierra, tiene los mecanismos para ejercer un control mundial sobre las transnacionales, o mundializarlas si entorpecen.
La Inteligencia Artificial, como tecnología, si es controlada por las transnacionales bajo el sistema actual, serán un peligro. Pero si son liberadas bajo la Constitución Mundial, serán una bendición.